“Pensaba que el networking no era tan importante, pero en mi caso fue la clave” Manolo García Bouzas, ingeniero de i+D en Ottignies
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Bélgica tiene una demanda muy alta de ingenieros, pero saber neerlandés aumenta las oportunidades
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El modelo belga de conciliación familiar es uno de los principales atractivos para quedarse a vivir
Después de tres años en Bélgica, Manolo solo hace planes de volver a Cádiz para retirarse del mundo laboral en el clima mediterráneo. Ingeniero de i+D, actualmente trabaja como responsable de proyecto en una empresa belga que se dedica a diseñar y fabricar máquinas para la industria del libro y que exporta a nivel mundial.
¿Cuánto tiempo llevas en Bélgica? ¿Cómo llegaste a conseguir tu trabajo actual?
Llegué a Bélgica a finales de 2013 y decidí mudarme porque mi pareja es belga. Al principio no hablaba ni francés ni flamenco, por lo que decidí apuntarme a clases de francés. Después de tres meses empecé a buscar trabajo.
Pensaba que teniendo inglés sería muy sencillo encontrar trabajo, pero no fue nada fácil. De hecho, estuve en el Programa Jóvenes para revisar mi currículum y prepararme para las entrevistas. Al final encontré mi trabajo actual a través de un contacto. Un día hablando me comentaron que necesitaban un diseñador. Aunque soy ingeniero superior, les dije que podía trabajar como diseñador, y así es como entré en la empresa.
Entonces el networking, moverse y conocer a gente, al final ha sido muy importante en tu caso.
En mi caso el networking ha sido la clave. Pensaba que no era tan importante a la hora de buscar empleo, pero me he dado cuenta de que aquí funciona muchísimo.
¿Crees que es más fácil encontrar trabajo de ingeniero aquí que en España?
Sin duda hay mucho más trabajo aquí. De hecho, más del 50% de las plazas de ingeniero no se cubren en Bélgica. La demanda de ingenieros, industriales y mecánicos especialmente, es muy muy alta. Pero les gusta mucho que hables francés y neerlandés.
He hecho varias entrevistas en la zona flamenca, porque me gustaría mudarme allí en un tiempo, y sí que es verdad que le dan importancia al idioma. El hecho de no hablar flamenco complica un poco las cosas. Al menos, es importante que puedas defenderte en el idioma local.
¿Qué puedes decirnos de los salarios?
Tanto el tema salario como las condiciones laborales son buenísimos. El horario flexible como norma es fantástico y no tiene precio. Yo tengo un horario en el que, mientras trabaje entre cuatro horas y media y doce al día, no importa la manera en que lo haga. Y encima, las horas extras las puedo recuperar como días de vacaciones. Eso es algo que veo impensable en España.
¿Consideras Bruselas como una ciudad para vivir a largo plazo?
En mi caso, sí. Yo vivía en Bruselas, pero me trasladé cerca de mi oficina por razones logísticas. Bruselas es, sin duda, una ciudad en la que quedarse a vivir, siempre que tengas un salario asequible.
¿Qué tienes aquí que no puedes encontrar en España?
Obviamente, además de que tengo aquí mi familia, diría que la conciliación familiar. El modelo belga me parece mucho más avanzado. Las empresas asumen que tienes una vida, que, si un día tienes que ir al médico o similar, puedas pedirte días para cuidar a tus hijos y ese tipo de cuestiones me parecen muy avanzadas. El modo de pago no es solamente un salario, sino que pueden ofrecerte desde un coche hasta pagarte el internet de tu casa o facilidades para el teletrabajo. Imagínate, hay empresas en las que tienes que trabajar desde casa al menos un día al mes y encima ese día te pagan más. Ese tipo de cosas me resultan muy chocantes a la vez que atractivas.
¿Qué le dirías a un ingeniero que quiera instalarse en Bélgica?
Que aprenda flamenco, ¡ja, ja! No, en serio, hay muchísimo más trabajo para ingenieros en Flandes que en Valonia. El hecho de que llegues y el primer mes te metas en “la casa del holandés” (Huis van het Nederlands), que cuesta poquísimo porque el gobierno lo paga prácticamente todo, y cojas un mínimo de nivel, te va a ayudar muchísimo a la hora de hacer las entrevistas y que vean que sabes defenderte.
Me gustaría remarcar mucho la labor de la Cámara y del Programa Jóvenes, porque me ayudaron mucho. El choque cultural es una de las cuestiones que no me esperaba. He hecho entrevistas en las que me han dicho “tu currículum es estupendo, y el flamenco es aceptable”, pero hay un tema de personalidad en el sentido de carácter mediterráneo que les choca mucho. Se esperan que un ingeniero superior sea mucho más retraído, menos “pushing”. Es simplemente nuestra forma de ser. Hay una cuestión cultural que me llevó mucho tiempo entender y para lo que las sesiones de coaching del Programa jóvenes y la preparación psicológica fueron extremadamente útiles.