¿Emprender como inmigrante? En Bélgica existe un amplio abanico de ayudas
Numerosos inmigrantes tienen talentos que podrían aprovecharse en una actividad empresarial. Pero se encuentran con muchos obstáculos: acceso limitado a la información, idioma, desconocimiento de las normativas locales y nacionales, falta de adecuación entre el apoyo disponible para los emprendedores y las necesidades de los inmigrantes, y falta de financiación para poner en marcha una empresa. A pesar de todo, hay buenos ejemplos de tenacidad, creatividad y éxito, como muestra Tendances Première.
El espíritu empresarial se ha hecho más accesible en Bélgica en los últimos diez años, tanto para los empresarios belgas como para los de origen extranjero. “Se han puesto en marcha varias iniciativas para ayudar a los inmigrantes que quieren crear una empresa, mediante ayudas al desarrollo, la creación y la financiación”, explica Jean-Olivier Collinet, de JobYourself.
El microcrédito también existe en Bélgica
Lorraine de Fierlant es directora de Microstart, que ofrece una forma de eliminar las barreras al espíritu empresarial a las personas rechazadas por los bancos por falta de garantías o demasiados requisitos, o por no seguir el camino habitual.
“El espíritu empresarial tiene que ver con el capital riesgo, que no gusta a los bancos”, explica. Por eso siempre son exigentes, sea cual sea el origen del emprendedor y el proyecto. Lo que Microstart pide, como actor de la microfinanciación en Bélgica, es que los bancos remitan automáticamente a alternativas a aquellos a los que dicen que no: decimos que no, pero te ofrecemos una solución, te dirigimos a alternativas que pueden financiarte.
La misión social de Microstart es permitir que cualquiera que quiera ser empresario pueda hacerlo. “El boca a boca supone casi el 40% de nuestros microcréditos. En realidad son amigos de la familia, amigos… funciona muy bien. Las comunidades son realmente una red, y es muy importante forjar vínculos y relaciones. Forma parte de la vida de los expatriados, que de otro modo están bastante aislados.”
La microfinanciación abre puertas, pero todavía no es muy conocida en Bélgica y Europa. “La gente me pregunta a menudo si no es para los países en desarrollo. Tenemos que concienciar a la gente de que el microcrédito está disponible en Bélgica. Microstart existe desde hace 13 años, y otras estructuras desde hace mucho más“, explica Lorraine de Fierlant.
Atreverse a pedir ayuda para superar los obstáculos
Entre los principales obstáculos de cualquier emprendedor se encuentran el miedo a estar solo, el miedo al riesgo, el miedo a uno mismo, encontrar financiación, etc. Cuando se es extranjero y no se conoce el país, se suman otros obstáculos:
- Obstáculos administrativos, con el reconocimiento del título y los permisos para ejercer.
- El problema del idioma.
- El problema del historial, dado que un banco solo presta basándose en un historial, especialmente educativo y financiero.
- El conocimiento del mercado y su funcionamiento.
“Admiro ver el potencial que podemos tener. Tenemos una mochila más pesada pero, aun así, logramos caminar más rápido”, señala Jean-Olivier Collinet, de Job Yourself.
Concretamente, primero se debe aceptar que se puede lograr, atreverse a lanzarse y luego atreverse a pedir ayuda. Una vez que se ha desarrollado una idea, un deseo, hay que atreverse a solicitar financiación.
Las estructuras de acompañamiento de los poderes públicos como hub.brussels o wallonie.entreprendre ofrecen puertas de entrada en inglés y diversos idiomas. 1819 (en Bruselas) y 1890 (en Valonia), Job Yourself, Microstart ofrecen acompañamiento y formaciones regulares.
Historias de éxito
Aura, de origen colombiano, co-creó la tienda Psyche Store, un concepto de cosméticos naturales y moda sostenible y ética, con etiqueta belga: “En Bélgica, desde el principio, vi que hay mucho apoyo e instituciones. Por lo tanto, rápidamente, entre extranjeros, expatriados, comenzamos a hablar y a darnos consejos, trucos. Lo más importante es crear una red y gracias a eso comenzamos a encontrar soluciones a barreras que tendríamos como extranjeros en cualquier país”.
Diego Herrera, chileno, es propietario de la tienda de cervezas artesanales Hop’s Craft Beer Shop en Charleroi. Para obtener un crédito, primero tuvo que elaborar un plan financiero con un contable, antes de acudir al banco. La respuesta fue negativa. Luego se dirigió a Microstart, que le abrió puertas, le permitió obtener financiación muy rápidamente y ahora, continúa acompañándolo mes a mes.
Shadi, de origen palestino, creó una tienda de informática en Anhée, Dr Web Tec. Como su título no era válido, primero tuvo que volver a cursar un título en el IFAPME, y después hacer unas prácticas, antes de beneficiarse de la ayuda de Microstart, que le proporciona acompañamiento especialmente, en materia contable.
Fuente: RTBF