5 consejos infalibles para tener éxito en el trabajo
Tener ideas no es lo más complicado. Encontrar el coraje y la fuerza para hacerlas realidad y alcanzar tus sueños, no importa cuán grandes o pequeños, es a menudo un poco más difícil. ¿Por qué es un poco más difícil? Porque una vocecita se encarga de repetirte todo el tiempo que no estás a la altura, que vas a fracasar, y enumera todas las consecuencias desastrosas de un posible fracaso (desde la humillación hasta la quiebra).
Entonces, ¿qué puedes hacer para silenciar esa voz y reemplazarla por una versión un poco más ambiciosa, optimista y motivadora? Aquí hay cinco consejos que pueden llevarte al éxito (o al menos atreverte un poco más). Si planeabas entrar en el 2021 sin miedo y sin reproches, ahora es el momento de tomar notas.
- Deshacerse de los fracasos del pasado
En lugar de usar tus fracasos pasados como una excusa tangible para no hacer más intentos, aprende a dejarlos donde están: en el pasado. Sí, puede que la hayas fastidiado, que hayas perdido un contrato importante, que no hayas conseguido el trabajo de tus sueños, que hayas iniciado un gran proyecto creativo que abandonaste cobardemente en favor de actividades más monótonas, ¿y qué? ¿Eso marca la pauta para el resto del año? ¿O tu vida? ¡Qué triste!
Es como si te tiraras al agua sin saber nadar al primer intento y perdieras toda esperanza de aprender alguna vez la braza. Si pudieras hacerlo todo a la vez todo el tiempo, lo sabrías. De hecho, algunos éxitos muy buenos provienen de los fracasos más amargos – pero no puedes disfrutarlos si no te rompes un poco la espalda de vez en cuando.
Si necesitas hacer realidad esta idea, puedes escribir todos tus fracasos del año pasado en un papel que puedes quemar (sobre el lavabo o el inodoro, o en el césped mojado del jardín). Encuentra el ritual que más te hable o hazlo todo mentalmente, pero hazlo: te sentirás más ligero, listo para emprender nuevas aventuras.
- Extiende los límites de tu confianza
Observe a los niños: cuando deciden creer en algo, ¿qué hacen? Ellos creen en ello. Se convierte en su realidad, es intangible, es obvio. ¿Quieren fingir que el suelo del salón está cubierto de lava? Entonces que así sea. El suelo es intransitable y hay que saltar de un mueble a otro para evitar una muerte segura. Su juego se vuelve intenso, es extremadamente importante respetar la regla dictada por su imaginación y el peligro se vuelve casi palpable. Lo mismo ocurre cuando imaginan que hay un tiburón en la bañera o piscina.
¿Qué cambia cuando creces? Esa famosa voz que se instala en nuestro cerebro y cuestiona todo lo que vemos, todo lo que oímos, todo lo que intentamos hacer. Si te despiertas un día y piensas que te gustaría escribir una novela, la voz inmediatamente dice: “No puedo escribir, no puedo hacerlo, nunca lo haré”. ¿Quieres empezar un negocio? “No puedo manejar el dinero y los papeles, es demasiada organización, no estoy hecho para ello y además mi idea no es tan buena.”
En lugar de dejar que esa voz dicte tu conducta y destino, toma el control y extiende los límites de la confianza en tus habilidades y medios. Analiza el origen de Tu miedo al fracaso, tus consecuencias imaginarias y reales, y lo que sucederá si decides no actuar en su lugar (frustración, decepción, menos placer, menos emoción…).
- Aprende a cómo apreciar tu posición…
¿Admira a la gente que parece estar diez pasos por delante de su punto actual? Bien, eso te da un objetivo bastante claro a alcanzar. Pero cuando miras donde estás, sientes una profunda necesidad de soltarte, deprimido por la idea de no estar tan alto como los demás… Es natural, pero totalmente absurdo.
La gente que admiras también ha pasada por donde estás ahora. No nacieron en la cima. También se esforzaron, tuvieron miedo, se asustaron, metieron la pata, tuvieron que aprender a hacer cosas que les parecen perfectamente naturales hoy en día pero que no fueron implantadas en su sistema al nacer.
Disfruta de este momento, es un punto de partida, es el punto al que te referirás más adelante cuando mires lo lejos que hemos llegado.
Venga, ¡vamos!